
La historia del Daigo Fukuryū Maru
En Marzo de 1954, casi 10 años después de que se cometiera uno de los mayores ataques genocidas de nuestra historia contra dos ciudades Japonesas llamadas Hiroshima y Nagasaki matando a más de 250.000 personas (¿se sigue enseñando esto en los libros de historia o ya no?), Estados Unidos seguía probando nuevas formas de exterminar masivamente a sus enemigos con sus nuevas armas termonucleares.
El Daigo Fukuryū Maru:
Esta es la historia de un barco pesquero japonés, el cual se vio inmerso en un sombrío amanecer cuando Estados Unidos hizo estallar una bomba termonuclear de 15 Megatones en el atolón Bikini llamada Castle Bravo. El pesquero japonés tuvo el lamentable privilegio de presenciar una de las fuerzas más importantes y potentes de nuestro universo: Una reacción que solo antes hubiera sido posible presenciar en el núcleo de las estrellas: la fusión nuclear. La explosión fue tan potente, que aun siendo casi las 7 de la mañana, el oeste se iluminó como si fuera un segundo amanecer.
Explosión termonuclear “Castle Bravo”:
Pese a estar fuera del radio de exclusión puesto por Estados Unidos, la potente explosión desató una lluvia radiactiva mortal sobre la zona, inundando el barco japonés de polvo blanco altamente radiactivo. El barco, expuesto durante varias horas a la radiación, volvió al puerto de Yaizu en Japón días después.
Los 23 tripulantes del barco tenían los típicos síntomas de envenenamiento agudo por radiación. Seis meses después, el raidooperador jefe del pesquero Kuboyama Aikichi, falleció a los 40 años. Justo antes de morir dijo estas palabras:
Rezo para ser la última víctima de una bomba atómica o de hidrógeno.
Kuboyama Aikichi:
Debido a la reacción internacional que desató este suceso, Estados Unidos compró el silencio de Japón pagando la cantidad de 200.000$ a cada tripulante afectado. Kuboyama Aikichi se convirtió en la única persona muerta a causa de la explosión de una bomba termonuclear.